Una reflexión del Director de la Caja de Compensación Familiar de Antioquia, Comfama, David Escobar Arango.
![]() |
Del escritor Simon Sinek hemos aprendido muchas cosas en Comfama. Pero, tal vez, una de las más importantes ha sido ratificar a diario nuestro “juego infinito”, ese propósito de trabajar por el cuidado, la expansión y la consolidación de la clase media antioqueña. Las empresas y organizaciones que promovemos el capitalismo consciente llamamos propósito a esa causa que guía nuestro viaje, a esa utopía que nos impulsa a hacer nuestra labor con dedicación y amor. |
En Comfama nos levantamos cada día para dedicarnos a lo que nos apasiona. Nuestro “elemento”, como diría Ken Robinson, está en desarrollar programas, servicios y oportunidades para que los trabajadores de Antioquia y sus familias construyan una ruta de cuidado y progreso con salud, bienestar, educación y cultura. Creemos en la potencia de la clase media, en su fuerza creadora y emprendedora, y estamos convencidos de que su consolidación es uno de los proyectos sociales, políticos y económicos más importantes de nuestro país. Cuando una persona se conecta con nuestros servicios digitales o llega a uno de nuestros parques o sedes, nos enfocamos en sus capacidades y su potencial. Es por eso por lo que, cuando los trabajadores de EPM, una de las instituciones que más queremos, se acercan a Comfama, pueden encontrar compañeros, guías y mentores que ven en ellos personas libres y capaces de liderar su propio desarrollo material, social y espiritual. “Queremos ser la plataforma que conecta empresas sanadoras como EPM con personas que buscan vivir una vida consciente, libre, productiva y feliz”. Nosotros pensamos que las personas y las familias pueden adueñarse de su propio futuro, estudiando mucho, trabajando duro, ahorrando, cuidando de sí mismos y de los suyos, viajando y disfrutando de la cultura. Queremos ser la plataforma que conecta empresas sanadoras como EPM con personas que buscan vivir una vida consciente, libre, productiva y feliz. Nuestro trabajo, desde luego, no sería posible sin empresas como EPM. Nos enorgullece contar con más de 100 mil empleadores y empresas que confían en nosotros, que son solidarias con sus empleados, sus familias, con las comunidades y con los demás actores sociales. Es gracias a sus aportes que podemos ser conectores, punto de encuentro y plataforma para el florecimiento humano. Ser esa organización mentora que conecta a las empresas, fuente de posibilidad y de bienestar, con sus trabajadores, personas con sueños que quieren transmutar la energía de la insatisfacción en esfuerzo y posibilidad, nos ha permitido vivir historias fascinantes. Historias que cuentan las aventuras de quienes han convertido una idea de negocio en una empresa; de quienes abren por primera vez las puertas de su nueva casa; de aquellos que han cuidado de los suyos durante esta pandemia; de quienes estudian y logran un mejor trabajo; de familias del campo que creen en el agro y por quienes a diario tenemos alimentos en nuestras mesas; de jóvenes que reconocen el poder de la cultura y de niños y niñas que, en nuestros espacios, cultivan los primeros pasos de su existencia. Con EPM, a lo largo de nuestra relación, hemos vivido miles de estas historias. A 2021, son 7.846 trabajadores afiliados a Comfama y 6.088 las personas a su cargo que disfrutan y crecen con lo que hacemos conjuntamente. Con ustedes aprendimos a cuidar, a sonreír y a disfrutar del ocio y el juego en nuestros parques; hemos compartido y vivido la salud de la mente y del cuerpo, y practicando hábitos de vida saludable como el ejercicio y la buena alimentación. También tenemos infinitas historias de progreso. Muchos de sus hijos han crecido en nuestros preescolares; construimos juntos hábitats de calidad que han sido espacios llenos de posibilidades; hemos sido testigos de cómo la educación transforma sus vidas y las nuestras. “Comfama y EPM, instituciones nacidas con pocos meses de diferencia, han compartido juntos un largo viaje de creación de valor colectivo, de solidaridad y de progreso”. Como ven, Comfama y EPM, instituciones nacidas con pocos meses de diferencia, han compartido juntos un largo viaje de creación de valor colectivo, de solidaridad y de progreso. Pero lo más importante no es el pasado, sabemos que la construcción continuará por muchos años más, porque compartimos propósitos, vocación de servicio y, como buenos antioqueños, desde hoy imaginamos y trabajamos por un mejor futuro. Al fin y al cabo, ese es nuestro rol en la sociedad colombiana, una responsabilidad siempre importante y crucial ahora, en tiempos como estos, tan complejos y desafiantes. Notas Relacionadas: Salud mental: esté atento para no perderla |