30 de abril de 2018
A pesar de que EPM le transfirió al Municipio de Medellín en 2017 poco más de un billón de pesos y en 2018 le girará 1,2 billones para inversión social, es lamentable que esos aportes no se vean reflejados, entre otros, en el mejoramiento de las cifras de empleo en la ciudad.
Medellín, en conjunto con los municipios del Valle de Aburrá, presentó a marzo de 2018, según el DANE, una tasa de desempleo del 13,2%; que a nivel nacional es del 9,4%. La informalidad en Colombia, por su parte, se acerca al 60%.
Esas cifras reflejan de alguna manera la situación laboral del país, que parece ser solo un tema de mínima reflexión cada 1° de mayo, y no de una agenda permanente y seria, en la que todos deberíamos estar unidos para actuar.
La deuda externa de Colombia, que supera los 350 billones de pesos (Equivalente a unos 30 proyectos como Hidroituango), representa el 39,5% del Producto Interno Bruto nacional.
Todo esto parece importar poco a nuestra dirigencia, empecinada en ingresar al país a un “club de ricos”, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cuando ni la economía ni las condiciones laborales son óptimas, como sí podrían serlo las de Alemania, Austria, Canadá o Estados Unidos, para citar algunos integrantes de ese club. La OCDE, para cuidar sus intereses, le ha exigido al país, entre otras cosas, que ponga en marcha una reforma pensional, cuyo objetivo es hacer cada vez más difícil el acceso a la pensión, aumentando progresivamente la edad de jubilación.
En medio de este panorama, celebramos la derogación del decreto 583 de 2016, que legalizaba la tercerización laboral, incluso en las actividades permanentes y misionales de las empresas, y restringía, de paso, la libertad sindical.
Esta decisión, aunque algo tardía, deja también un mensaje claro frente a los logros que podemos obtener como sociedad y como trabajadores, si nos unimos y fortalecemos. De no hacerlo, cada vez estaremos más empeñados con los grandes grupos económicos, con graves consecuencias: precarización del empleo; aumento de la tercerización laboral, de la informalidad y del desempleo; más desigualdad social, inconformidad generalizada, violencia…
Como organización sindical hemos dado pasos importantes para aunar esfuerzos con otras organizaciones sindicales y sociales. Es así como ingresamos este año a la Confederación General del Trabajo (CGT), una organización que coincide en gran medida con los tres preceptos fundamentales de SINPRO: la defensa de los derechos de los trabajadores, el aporte a la sostenibilidad de las empresas y la defensa del patrimonio público, representado en empresas como EPM y UNE EPM Telecomunicaciones S.A.
El ingreso a la CGT, en síntesis, nos permite ampliar nuestra visión y fortalecer, no solo nuestro trabajo en esos aspectos, sino el sindicalismo en Colombia, cuya tasa es bajísima, apenas del 4,6% de los trabajadores con empleo formal.
Es importante que todos entendamos, como trabajadores, la importancia de defender nuestras empresas para evitar que se repita con EPM lo que ya se ha vivido con otras empresas de carácter público y con los trabajadores de UNE y Huawei, por quienes seguimos luchando sin descanso.
Si ya vemos la desigualdad y la tasa de desempleo en Medellín con el aporte de EPM, ¿Qué sería de Medellín sin EPM? Nuestra tarea es defenderla por siempre y con ello, defender los derechos de los trabajadores.
Muchos trabajadores y afiliados no saldrán a las calles a manifestarse este 1° de mayo, pero sí esperamos que esa fecha no sea un día más, sino que aliente a unirse a nuestro trabajo sindical.
Invitación: La CGT y SINPRO invitamos a la marcha de conmemoración del Día Internacional del Trabajo en Medellín, este martes 1° de mayo, con salida a las 8:00 a.m. del Parque de los Deseos y llegada al Parque de las Luces.
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