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SINPRO cumple 20 años con una visión diferente del sindicalismo. Estas son algunas conclusiones de un diálogo con su presidente Olga Arango.
Desde el año 2020 la gobernabilidad, la reputación y las finanzas de las Empresas Públicas de Medellín han sufrido golpes significativos como consecuencia, entre otros, de lo sucedido con Hidroituango y lo que llaman toma hostil de EPM por parte de la actual Alcaldía de Medellín. Una historia muy similar, dicen varias fuentes, a la vivida entre los años 2001 y 2003, lo que motivó el nacimiento, con 202 afiliados, de una organización que ha ganado relevancia por su labor de defensa de la empresa y la institucionalidad: el Sindicato de Profesionales SINPRO, al que hoy están afiliados cinco mil trabajadores.
En un país donde la tasa de sindicalización es del 4%, según el Sistema de Información Laboral y Sindical, destaca el liderazgo asumido por SINPRO. Su seriedad, coherencia y la firmeza de sus posiciones y en la defensa de EPM, UNE y el proyecto Hidroituango, ha sido resaltada por actores sociales, políticos, laborales, academia, gremios, sector empresarial y medios de comunicación.
“No inventamos el sindicalismo, pero sí trascendimos a un contexto más amplio que valora el círculo virtuoso empresa, trabajadores, sindicatos, comunidad”, dice la presidente de SINPRO, Olga Lucía Arango Herrera, al reafirmar los tres principios fundacionales: la defensa natural de los trabajadores, el aporte a la sostenibilidad empresarial y la defensa del patrimonio público.
Las actuales administraciones de Medellín y de EPM parecen querer destruir lo edificado en 67 años, olvidando el papel clave de EPM en la alianza universidad, empresa, Estado, y el significado del proyecto Hidroituango para la seguridad energética nacional y para el bienestar y progreso de muchas regiones, recalca Arango.
La labor de SINPRO ha sido constante en 20 años. En 2002 hizo frente a las pretensiones de la administración del entonces alcalde Luis Pérez Gutiérrez de abrir las puertas de EPM a la politización, la burocracia y el populismo, y de enfilar sus ataques contra EPM, los técnicos y la rigurosidad histórica de la empresa. En los años siguientes, además de realizar conversatorios con los candidatos a la alcaldía de Medellín para conocer su posición frente al futuro de EPM, ha promovido debates a todas las administraciones, en relación con las transferencias a la ciudad, el programa EPM sin Fronteras, las inversiones en el exterior, Hidroituango y el negocio con Afinia, entre otros.
La presidente de SINPRO recordó que en 2013 el sindicato se opuso a la fusión UNE-Millicom al avizorarse una pérdida de patrimonio público y por la importancia estratégica de UNE. Esa posición se mantuvo en los recientes debates al proyecto con que se buscaba vender la participación de EPM en UNE e Invertelco, 50% + una acción, a lo que se sumó la desconfianza en esta administración por el destino de los eventuales recursos y por el futuro de cientos de trabajadores que seguirían bajo el mando de Millicom, al que SINPRO considera pésimo socio y empleador. Para sustentarlo afirma que desde 2014 salió de UNE el 60% del personal que estaba al momento de la fusión con Tigo.
Entre 2015 y 2016 SINPRO fue clave para evitar que el Congreso de la República modificara la Ley 142 de 1994 y ampliara el objeto social de las empresas de servicios públicos a actividades que nada tenían que ver con su naturaleza, en detrimento de los usuarios en todo el país.
En 2020 lideró varios foros y debates relacionados con la intención, esta vez del Alcalde Daniel Quintero, de modificar el objeto social de EPM a espaldas de la junta directiva y los ciudadanos, generando una crisis institucional y resquebrajando el gobierno corporativo, con posibles consecuencias para las finanzas de EPM y la ciudad, como se denuncia en una acción popular instaurada por SINPRO que cursa en el Tribunal Administrativo de Antioquia.
Uno de los hechos más significativos de la labor del Sindicato de Profesionales de EPM y UNE ha sido el trabajo adelantado para concientizar sobre los riesgos de nuevos retrasos y la no entrada en operación de Hidroituango antes del 30 de noviembre, y las alertas por la posible entrega de las obras finales a una empresa china.
Reiteró también las advertencias sobre los riesgos que representa Afinia para las finanzas y la sostenibilidad de EPM con las actuaciones de la gerencia a cargo de Javier Lastra Fuscaldo; “mientras nos concentramos en Hidroituango, UNE y los costos de los alumbrados navideños por el pago de derechos a Disney para utilizar las imágenes de Encanto, van desangrando a EPM con Afinia.
Finalmente hizo un llamado a todos los actores sociales para seguir con los ojos puestos en las actuales administraciones de Medellín y EPM, al persistir amenazas sobre el gobierno corporativo, mediante burocracia, politiquería y la pérdida de rigor técnico a través de las modificaciones amañadas a la estructura administrativa y los posibles cambios que vienen realizando en distintos niveles de la organización.
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