Los $600.000 millones que EPM transfirió al Municipio por la venta de sus acciones en Isagen ya se gastaron, a pesar de que estaban destinados al tranvía de la 80, que no se hizo.
Uno de los sueños del Alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga, era que en su administración se pusiera a rodar un tranvía por la carrera 80, a pesar de que no contaba con los tres billones necesarios para ello, pues ni estaban en el Plan de Desarrollo ni el Gobierno Nacional se comprometió a hacer aporte alguno. Eso hizo que el Alcalde le solicitara al Concejo de Medellín que le aprobara el traslado de $600.000 millones de la venta de las acciones que EPM tenía en Isagen y de esa manera poder financiar parte de esta obra y dejarla como su gran legado.
El Concejo aprobó ese traslado de recursos mediante el Acuerdo 079 de junio de 2017, con dos condiciones: la primera, que se invirtieran para desarrollar el corredor vial del Tranvía de la 80 y dejar esos recursos comprometidos para que el próximo alcalde le diera continuidad al proyecto; y la segunda, que se trasladaran de forma paulatina entre 2017 y 2019. Ninguna de esas condiciones se cumplió, dado que en 2018 ya se habían trasladado los $600.000 millones, más otros $46.040 millones de excedentes, que se gastaron, casi en su totalidad, sin invertir un solo peso en el tranvía.
Esa se volvió plata de bolsillo, si se tiene en cuenta lo manifestado el pasado 22 de enero por el Secretario de Hacienda de Medellín, Orlando Uribe Villa, cuando dijo que los dineros de la venta de acciones de Isagen se invirtieron en cable Picacho, intercambios viales de la 80, Parques del Río y el Fondo de Estabilización de la Tarifa (subsidios de transporte), que si bien podrían ser obras para mejorar la movilidad, no solo incumplieron lo aprobado por el Concejo, sino que contradicen la información suministrada por la propia Secretaría de Hacienda de Medellín a SINPRO, en respuesta a un derecho de petición.
De acuerdo con dicha Secretaría, de los $600.000 millones trasladados entre 2017 y 2018, la Alcaldía de Medellín gastó $574.853 millones en programas como: cobertura del Colegio Mayor, intervención integral del Centro, formulación e implementación de un plan maestro de infraestructura para la seguridad y la convivencia, construcción y sostenimiento de ciclorrutas y servicio de alumbrado público e iluminaciones especiales, entre otros. Lo restante se adicionó a las vigencias siguientes como recursos ordinarios. Aunque cualquier ciudadano podría decir que por lo menos se hicieron inversiones para mejorar la calidad de vida en Medellín, la normatividad exige invertir los recursos públicos con destinación específica en los rubros así contemplados.
Quedó la menuda
Cuando se dio la venta de Isagen, la Nación recibió $6,48 billones y EPM $1,4 billones. Al terminar el primer trimestre de 2019 el Gobierno Nacional aún analizaba la estrategia para invertir esos recursos, de los cuales $5,8 billones están en la Cuenta Especial Fondes (Fondo Nacional para el Desarrollo de la Infraestructura). Medellín, por su parte, solo le queda la menuda de los $600.000 millones transferidos por EPM como parte de esa venta, sin que se hayan invertido en el destino para los que fueron solicitados.
Ese no es un dato menor, puesto que esos eran recursos adicionales a las transferencias que cada año EPM le hace al Municipio de Medellín, y que ya llegan al 55% de sus utilidades. En 2016 esos excedentes fueron de $816.521 millones, en 2017 ascendieron a $1,009 billones, en 2018 llegaron a $1,204 billones y en 2019 se entregarán 1,290 billones. Teniendo en cuenta los recursos con los que se contaba y que era casi imposible sacar adelante un proyecto como el tranvía de la 80 (valor total estimado en $3 billones), lo más óptimo era haber dejado en la caja de EPM los recursos por la venta de Isagen. Las urgencias financieras actuales de Hidroituango lo confirman.
“Lo más óptimo era haber dejado en la caja de EPM los recursos por la venta de Isagen”. |
Pasando de un bolsillo a otro
El Plan de Desarrollo de Medellín se financia con recursos propios (impuestos y tasas), transferencias de EPM y créditos con la banca comercial y multilateral, por tanto, los recursos provenientes de la venta de acciones de EPM en Isagen son adicionales y no estaban considerados en dicho Plan.
Lo anterior dejó a la Alcaldía en un enredo financiero, teniendo en cuenta que al haberse destinado ese dinero a obras diferentes al Tranvía de la 80, debía reponerlos al proyecto original, para lo cual realizó un crédito interno con el que retornó $300.000 millones al mismo, de los cuales se invirtieron $900 millones en la estructuración del proyecto vial de la carrera 80 y $270.000 millones en dos intercambios viales y la compra de 64 buses eléctricos, todo para la 80. ¿Dónde están los otros $300.000 millones? No se sabe si la Alcaldía presupuesta un nuevo crédito interno, pero por ahora no es claro cómo van a pagar esa plata. En conclusión, la Alcaldía de Medellín improvisó al querer hacer un tranvía sin tener los recursos suficientes y comprometió dineros que hubieran servido a EPM tras la contingencia de Hidroituango.
Con todo esto, ¿EPM debería hacer seguimiento y control a los recursos que traslada al Municipio? Creemos que sí, pero eso depende de la voluntad de cada Alcalde de turno, que es a su vez el Presidente de la Junta Directiva de EPM.
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