Editorial SINPRO
Quien sea elegido alcalde de Medellín tiene varios retos importantes en relación con EPM: respetar su autonomía y ser soporte de su sostenibilidad.
Los resultados de los comicios de este 27 de octubre, que permitirán saber quién será el próximo alcalde de Medellín y quiénes serán los 21 concejales de la ciudad para el cuatrienio 2020-2023, son trascendentales para el presente y el futuro de EPM y de UNE, máxime cuando nuestra empresa matriz vive una situación paradójica, al estar -a pesar de la contingencia de Hidroituango- ante los mejores resultados financieros y de cobertura en 64 años de historia, y ante la incertidumbre que generan varias decisiones externas a EPM frente al proyecto hidroeléctrico, del que depende en gran medida su sostenibilidad y, de ella, una parte sustancial de los recursos de Medellín para inversión social.
Basta mirar algunas cifras para darse cuenta de lo que representa EPM para la ciudad, para varias regiones del departamento y para el país, como lo son la generación de más de 50.000 empleos directos e indirectos; la cobertura general de servicios, superior en promedio, al 94%; los aportes realizados en los últimos cinco años a Medellín por $5,9 billones en transferencias de sus utilidades y de la venta de las acciones en Isagen, las transferencias del sector eléctrico efectuadas a 53 municipios de Antioquia por $340.000 millones y los impuestos pagados a la Nación por cerca de $5 billones, sumados a los $3,5 billones invertidos en 2018 en infraestructura para la prestación de sus servicios.
“Basta mirar algunas cifras para darse cuenta del significado mayúsculo de EPM para la ciudad, para varias regiones del departamento y para el país”
Si bien EPM es un ente autónomo, 100% público, y las actuaciones del alcalde de Medellín en calidad de representante de la comunidad deben enmarcarse exclusivamente a través de la Junta Directiva, que él mismo escoge y preside, resulta innegable que su real pensamiento, sus acciones y sus posiciones en torno a los temas más relevantes de EPM y el Grupo EPM, sí pueden tener incidencia directa en la sostenibilidad de la empresa, como ya ocurrió con la nefasta administración Aníbal Gaviria-Juan Esteban Calle, durante la cual se tomaron las decisiones más desacertadas de la historia de la Empresa, algunas con consecuencias que heredó y le correspondió afrontar a la administración actual.
A pesar de circunstancias tan evidentes como esas, ha sido usual que los alcaldes de Medellín lideren los índices de favorabilidad en el país, lo que se atribuye a dos aspectos fundamentales, la protección de los antioqueños a sus dirigentes y los recursos con que cuentan esos alcaldes para su gestión, muchos soportados en la infraestructura, servicios y aportes económicos que le hace Empresas Públicas de Medellín.
Teniendo en cuenta los aspectos reseñados, como organización sindical responsable y para brindar mayores elementos de juicio a los ciudadanos, con el fin de tomar una decisión trascendental para el desarrollo social y la calidad de vida de los medellinenses, y como resultado de un ejercicio individual que desde SINPRO realizamos con siete candidatos a la alcaldía de Medellín, quedaron manifiestos los pensamientos e intenciones de cada uno de ellos con EPM y con UNE, los cuales se sintetizan en esta edición de nuestro periódico Conexión y se amplían en nuestro portal web www.sinpro.org.co.
En ese ejercicio y en torno a las discusiones sobre Hidroituango, coincidimos con quienes creen que nunca se debe construir un proyecto político sobre la base de destruir el esfuerzo colectivo y que lo que haya pasado en el proyecto se sabrá independientemente de quien sea el próximo alcalde de Medellín, por una razón elemental esbozada por varios funcionarios y exfuncionarios de la empresa: es la gente de EPM, su incomparable recurso humano, su rigor y su profesionalismo, quien está detrás de cada decisión; nada más ajeno a la cultura EPM que callar, ocultar u omitir sus deberes y obligaciones; la misma gente EPM se encargará de dar toda la luz que con razón demanda la ciudadanía sobre el tema, al existir en todos los funcionarios la plena convicción de para qué fue creada EPM: para generar bienestar y progreso, como dice su lema más recordado.
“Es la gente de EPM, su incomparable recurso humano, su rigor y su profesionalismo, quien está detrás de cada decisión”
El interés de SINPRO desde nuestra creación hace 17 años, en octubre de 2002, ha sido siempre el de construir, aportar a la sostenibilidad de EPM y UNE, defender el patrimonio público y los derechos de los trabajadores.
De ahí la imperiosa necesidad de que, como ciudadanos y como verdaderos dueños de la empresa 100% pública más importante del país, con total consciencia, con absoluta responsabilidad y con el mayor conocimiento posible de antecedentes y de las propuestas esbozadas en los respectivos planes de gobierno y en sus declaraciones públicas, elijamos a la próxima persona que no solo regirá los destinos de Medellín en los próximos cuatro años, sino que será pieza clave para rodear y fortalecer a nuestra “joya de la corona”, y para hacer todas las gestiones que se requieran para sacar adelante el proyecto hidroeléctrico más importante de los últimos años para el futuro del sector energético nacional.
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Han pasado 17 meses del inicio de la contingencia. Ahora que ha entrado en franco proceso de recuperación, es importante un balance del camino recorrido y las dificultades a enfrentar.
De parte de EPM hay señales muy positivas frente a Hidroituango, que afirman que a mediados del año 2020 iniciará el montaje de equipos en la casa de máquinas y la central comenzará a generar energía a finales de 2021, así como el anuncio del reconocimiento de cobertura para el pago de la póliza del seguro correspondiente a la contingencia.
Por otro lado, se sigue esperando que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) levante la Resolución 0820 de 2018 que impide seguir las obras, y adicionalmente, se atraviesan decisiones como la del Juzgado 75 Penal Municipal de Bogotá que, tras denuncia de la Fiscalía 40, ordenó conformar una mesa técnica para presentar una evaluación de la estabilidad del macizo rocoso donde está la presa; la del Tribunal Superior de Medellín (TSM) sobre derechos del río Cauca; o el informe de la Contraloría General de la Nación; elementos que se constituyen en trabas para un proyecto que traerá grandes beneficios y recursos para el desarrollo del país.
En dos columnas del periódico El Mundo (Más riesgos para Hidroituango, del 24 y el 31 de julio de 2019), el ingeniero José Hilario López analizó las consecuencias de varios hechos que ponen trabas al proyecto, a pesar de que se han presentado contundentes aspectos positivos, como la estabilidad tanto de la presa como del macizo rocoso, y la integridad de las cavernas de casa de máquinas. Así mismo, alertó sobre varios riesgos para el Proyecto, para EPM, la sociedad Hidroituango, la Gobernación de Antioquia, la Nación, el sector energético y la ingeniería colombiana, entre otros, lo que afectaría finalmente a los ciudadanos, como pasa ahora con el aumento de la tarifa de energía en el país ($4 por kilovatio/hora) para solucionar problemas de empresas como Electricaribe (Ver recuadro).
Riesgos técnicos y ambientales
López manifiesta que a raíz de la contingencia, EPM aceleró la construcción de la presa mediante un lleno prioritario, complementada con la instalación de una pantalla cortaflujo con la que garantiza estabilidad, comprobada con la operación satisfactoria de presa y vertedero en la última temporada de lluvias, presentándose filtraciones muy por debajo del máximo especificado para su operación y para garantizar la estabilidad del empotramiento de la presa y la seguridad para las estructuras subterráneas, mientras que las mediciones de infiltraciones y deformaciones confirman la estabilidad del macizo.
Así mismo, el Juzgado 75 Penal Municipal de Bogotá ordenó conformar una mesa técnica (organismos de control y fiscalización nacional, Ministerios de Ambiente y de Salud, Departamento de Antioquia, EPM y las víctimas) para presentar una evaluación de la estabilidad del macizo rocoso “con el objeto de garantizar la continuidad o no del proyecto, o en caso contrario la suspensión del mismo”. Sobre la orden de un juez de desarrollar un plan de choque para limpiar y recolectar el buchón de agua en el embalse, EPM reactivó el “Plan de manejo de macrofitas y residuos flotantes”, con lo que se controló un problema en el que la empresa ya venía trabajando y del que tiene amplia experiencia de otros proyectos.
Riesgos jurídicos
El ingeniero López alerta sobre estos riesgos y trabas, y habla de lo ordenado por el Tribunal Superior de Medellín (TSM), manifestando que “es poco probable que una comisión integrada por instituciones conservacionistas y ecologistas llegue a concluir que el impacto sobre la cuenca del río Cauca y las afectaciones a las comunidades puedan ser manejables. Con mucha probabilidad va a sobredimensionar los impactos negativos del proyecto, entre otros, a la pesca y la minería”. Es necesario indicar que las medidas de mitigación y compensación por efectos del proyecto que se consideraron adecuadas y sus revisiones subsecuentes, ya están plasmadas en las licencias ambientales.
De otro lado, la orden de recuperar el río Cauca, al no especificar cómo, puede llevar a esa comisión a concluir que, para regresarlo a su cauce natural, sea necesario demoler los 20 millones de metros cúbicos de la presa, transportarlos y disponerlos en sitios adecuados. Eso, afirma López, “no sólo terminaría con el mayor proyecto hidroeléctrico concebido por la ingeniería nacional, sino que obligaría a estructurar todo un plan de demolición y cierre de la obra, mucho más costoso que lo que se ha invertido y falta para terminar en el proyecto”.
Sobre estos temas, se debe tener en cuenta que, EPM por su propia iniciativa, ha realizado muchas acciones para atender y compensar los efectos de la contingencia, por lo que, además, sería inaceptable pretender que la sociedad Hidroituango y EPM paguen por daños no imputables al evento o que pueden ser el acumulado de los malos manejos de la cuenca y sus recursos durante centenares de años.
Riesgos institucionales y reputacionales
Las acciones judiciales y fiscales pueden generar riesgos contra EPM y el Departamento de Antioquia, dado que algunos fallos parecen no tener en cuenta el impacto financiero y social de los mismos sobre las dos entidades y las finanzas de Medellín, que dependen en gran medida de EPM. Estos impactos “deben evaluarse cuidadosamente pues podría ocurrir que por satisfacer exigencias exorbitantes de activistas o por intereses politiqueros, así como de competidores de EPM en la subasta convocada por la Creg, se produzca una situación catastrófica para el sector eléctrico, la región y Medellín”, dice López.
De esas mismas acciones, señala López, depende que EPM, como gestor del proyecto, y la ingeniería colombiana, queden marcados internacionalmente por un estruendoso fracaso técnico y financiero, afrontando un daño irreparable o, por el contrario, que gocen de un gran prestigio por su competencia y habilidad para rescatar un proyecto tan complejo y llevarlo a feliz término”. También está en juego la reputación de la justicia colombiana para resolver este tipo de casos, con un claro entendimiento del interés público en decisiones tan críticas para tantos actores.
“También está en juego la reputación de la justicia colombiana para resolver este tipo de casos, con un claro entendimiento del interés público…”.
Riesgos para el sector eléctrico
Otros riesgos asociados son los relacionados con el sector energético que, si bien con los resultados de la subasta realizada a principios de 2019 aseguran la confiabilidad del sistema eléctrico hasta 2023, el costo de energía subiría sustancialmente por la mayor generación térmica requerida, y se necesitaría inversión adicional que reemplace la firmeza proporcionada por Hidroituango. Sobre esto, López agrega que “ante un eventual fracaso de Hidroituango es improbable que, por lo menos en el corto y mediano plazos, se vuelvan a construir grandes embalses hidroeléctricos, que, con los térmicos son los únicos que garantizan la energía firme que requiere el sistema eléctrico nacional”.
Balanza a favor
En contraste con esas trabas, son más fuertes las señales positivas que, objetivamente, deberían inclinar la balanza hacia la continuación de las obras y sacar adelante el proyecto. Una de ellas es la decisión de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) que el pasado mes de julio levantó la alerta roja para las comunidades ubicadas aguas abajo del corregimiento Puerto Valdivia.
Viabilidad de Hidroituango y seguros
A lo anterior se suman varios anuncios muy positivos, realizados por EPM en el mes de septiembre, uno de ellos es el de la confirmación, tras las respectivas inspecciones, de la viabilidad del proyecto, producto de la estabilidad de la presa y del macizo rocoso, así como de la integridad de las cavernas de la casa de máquinas.
Así mismo hizo público el anuncio de la aseguradora Mapfre, tras realizar sus propias investigaciones, sobre el pago de la póliza, al determinar que la causa de la contingencia está enmarcada en la cobertura “Todo riesgo construcción y montaje”, aplicando a la reparación de la infraestructura, obras civiles y de equipos, así como al lucro cesante por el retraso en la entrada en operación. Ese anuncio, a su vez, produjo una reacción positiva de las calificadoras de riesgo Moody´s Investor Service y Fitch Ratings.
Solidez de EPM
Otro aspecto que fortalece el optimismo frente al proyecto, son los resultados financieros obtenidos por EPM en 2018 y en el primer semestre de 2019, que ratifican la solidez de la empresa, por lo que son varias las fuentes de recursos para continuar y culminar las obras del proyecto Hidroituango, incluidos los provenientes del plan de enajenaciones para hacer frente a los requerimientos de liquidez derivados de la contingencia, con la venta de algunos activos en el exterior, uno de los cuales ya se concretó, el del Parque Eólico Los Cururos en Chile, que no había sido una buena inversión para la empresa.
Finalmente, y no menos importante, es la posición asumida por todos los candidatos a la Alcaldía de Medellín, de comprometerse al ciento por ciento con la continuación de las obras y la culminación del proyecto hidroeléctrico más importante de Colombia en los últimos años, Hidroituango, no solo por lo que representa para el sector energético nacional, sino por lo que contribuirá con el desarrollo económico, social y turístico de Medellín y de las regiones que hacen parte de su zona de influencia y para la Nación.
¿Justo pagar por Electricaribe?
El 1° de octubre los colombianos que residen en estratos 4, 5 y 6, los locales comerciales, la industria y los usuarios no regulados comenzaron a pagar una sobretasa de 4 pesos por kilovatio, aprobada en el Plan de Desarrollo Nacional, con retroactivo a mayo de este año, para “salvar” a empresas como Electricaribe y Emcartago, con problemas de suministro de energía, como consecuencia de malos manejos, mal servicio y escasa inversión en infraestructura.
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Razones para seguir adelante con Hidroituango
Contingencia de Hidroituango: ¿fallas geológicas o fallas humanas?
El exfuncionario de EPM y UNE, Francisco Valderrama, da una mirada al panorama que le espera a nuestras empresas después de observar lo que han dicho frente a ellas los candidatos a la Alcaldía de Medellín.
Por: Francisco L. Valderrama Aguilar
A nivel de discurso parecen coincidir los candidatos a la alcaldía de Medellín en aspectos fundamentales respecto a EPM: defensa de su integridad como empresa pública, respeto por su autonomía y reconocimiento de la comunidad como verdadera dueña de la entidad. Pero palabras y actos de gobierno suelen decir lo que los hechos niegan y contradecir sin vergüenza los compromisos electorales. Recordemos la amarga experiencia de la privatización de UNE, empresa eficiente y necesaria para la proyección y competitividad de la región, feriada a dedo a Millicom a contrapelo de promesa en contrario signada por un exalcalde poco confiable y de ingrata recordación.
La fusión UNE-Millicom fue el moño que coronó la cadena de desaciertos cometidos por sucesivas administraciones con el negocio de telecomunicaciones de EPM.
Algunos planteamientos electorales evidencian la incoherencia entre lo que afirman los candidatos y lo que se esconde o mimetiza en sus respectivos programas de gobierno.
Apoyado en la experiencia de EPM, un candidato propone involucrar la empresa en el negocio de construcción de vías, asunto extraño a su objeto social. Basta imaginar qué futuro le espera a la entidad si a cada alcalde se le ocurriera al menos una idea similar: casas sin cuota inicial, proyectos inmobiliarios o ensamble de vehículos eléctricos. Cualquier cosa cabría por semejante boquete.
“Algunos planteamientos electorales evidencian la incoherencia entre lo que afirman los candidatos y lo que se esconde o mimetiza en sus respectivos programas de gobierno”
Así nació “EPM sin fronteras” y hoy se hace necesario deshacer los disparates cometidos. La excusa es Hidroituango, pero aún sin esa contingencia tarde o temprano habríamos llegado al mismo llanito: desandar lo andado. EPM no existe para hacer negocios de esa índole. No es para eso que la comunidad la ha decidido entidad pública.
Otro candidato reduce su visión sobre EPM a dar continuidad a la política de un alcalde en cuyas narices se desmanteló y destruyó UNE.
Una idea interesante como la de retribuir dividendos a los accionistas vía tarifas sin atropellar la regulación ni caer en populismos dañinos, termina deslegitimada por el oportunismo de un candidato desmemoriado que deambula por el espectro político destruyendo con su lenguaje carroñero el trabajo colectivo de tanta gente en Hidroituango.
No se respeta la autonomía de EPM cuando se estruja su objeto social con responsabilidades que no le corresponden. De buenas intenciones está empedrado el infierno. Es asunto de supervivencia institucional cumplir el rol que señalan sus estatutos.
El respeto por su autonomía exige reconocer que la continuidad empresarial depende de la planeación de largo plazo y no de la administración de turno, porque el hilo conductor lo provee su recurso humano. La empresa ha sido capaz de salir adelante, aún con gerentes o gobernantes pésimos, que los ha habido. No obstante, respetar a EPM pasa por sustraerla de la repartija burocrática de turno. La entidad existe para el largo plazo y para ser útil a los dueños que son los ciudadanos, no para maquillar con sus utilidades la imagen de funcionarios ocasionales ni para promocionar sus ambiciones políticas.
“El respeto por su autonomía exige reconocer que la continuidad empresarial depende de la planeación de largo plazo y no de la administración de turno, porque el hilo conductor lo provee su recurso humano”
Dos amenazas serias de naturaleza externa penden sobre EPM. De un lado, la pretensión de volverla ejecutora de programas de gobierno y del otro, la cooptación por grupos empresariales interesados en sus negocios. Convertir las tarifas en instrumento político al servicio del alcalde o asignar a la entidad objetivos extra empresariales son planteamientos corrosivos que lesionan y comprometen su futuro.
Existen retos internos inmediatos: Salvar Hidroituango a despecho de un gobernador resentido e irresponsable, socio del proyecto. Recuperar la confianza ciudadana y visibilizar lo que allí haya ocurrido, con TODAS sus consecuencias. Retomar para la comunidad a UNE, hoy en las manos incompetentes de Millicom, mediante una relación societaria que es una bofetada para el patrimonio público y para la ciudad.
Recuperar la visión social, en mala hora extraviada por privilegiar el enfoque utilitarista. Se trata de permanecer y crecer y para ello hay que generar utilidades, pero la manera de lograrlas, aplicarlas y medirlas demanda un perfil gerencial diferente. La rentabilidad de EPM se tiene que entender en otros terrenos, además del financiero. No es lo mismo gestionar una entidad pública que una privada cuyo ánimo es el lucro. Algún día, aun el sector privado tendrá que reconocer que las utilidades son una consecuencia y no un objetivo.
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