Por: Luis Fernando Múnera López (*), ex director de Planeación y de Control Interno de EPM
UNE EPM Telecomunicaciones S. A., empresa mixta con mayoría pública y patrimonio de todos los medellinenses, hoy está sometida al poder omnímodo de Millicom, su socio privado, sin el suficiente control por parte de EPM y del Municipio de Medellín.
Millicom está abusando del control administrativo que tiene sobre UNE EPM Telecomunicaciones S.A., en beneficio propio y de otras empresas de su grupo empresarial, afectando, de paso, el patrimonio del Municipio de Medellín, los derechos laborales de sus trabajadores y, sobre todo, el servicio para sus usuarios.
EPM, representante del patrimonio mayoritariamente público de UNE EPM Telecomunicaciones S.A., no tiene control sobre esa empresa, porque renunció de forma voluntaria e irregular a la mayoría en la Junta Directiva, y porque la administración y operación de la misma le fueron entregadas al socio privado por autorización del Concejo de Medellín.
El problema se agrava porque el control político que debería ejercer el Concejo de Medellín es inexistente, el control fiscal de la Contraloría General de Medellín es ineficaz y se ha evadido el control disciplinario de la Procuraduría General de la Nación y de la Personería de Medellín sobre sus directivos y demás funcionarios.
En los últimos días se han presentado en UNE EPM Telecomunicaciones S.A. varios hechos que afectan la estabilidad y las condiciones laborales de los trabajadores. Me refiero a despidos colectivos y a la sustitución patronal impuesta unilateralmente a algunos trabajadores por la empresa a favor de Huawei. Alguien debería recordarles que el Acuerdo 17 de 2013 del Concejo de Medellín, que autorizó la fusión de UNE con Millicom, garantiza expresamente, en su artículo 1 literal e, la conservación de los derechos laborales de los trabajadores. Y exigirles que lo cumplan. Los hechos que menciono violan esta disposición sin que nadie intervenga para evitarlo.
UNE EPM Telecomunicaciones S.A. viene contratando servicios externos de instalación, expansión, mantenimiento y operación de sus servicios con otras empresas y personas vinculadas al grupo Millicom, sin que haya un control de EPM sobre las condiciones de calidad y de costo. La tercerización con empresas del grupo Millicom significa un alto riesgo de fuga de recursos con deterioro de las utilidades esperadas de la empresa. De hecho, la vicepresidenta de Finanzas de EPM informó recientemente que EPM no espera dividendos de UNE EPM Telecomunicaciones S.A. para los próximos años.
Según la Constitución Política y la Ley colombianas, el Municipio de Medellín es responsable de la calidad, cobertura y costo del servicio de telecomunicaciones para la comunidad, pero, después de la fusión, UNE aumentó exorbitantemente las tarifas, especialmente en los estratos bajos, mientras la calidad de sus servicios se ha deteriorado sensiblemente, sin que la administración municipal y la de EPM puedan evitarlo.
EPM no ejerce control sobre las decisiones claves de UNE EPM Telecomunicaciones S.A., incumpliendo lo mandado en el Acuerdo 17 citado arriba, que en su artículo 1, literal b, la obliga a vigilar el buen funcionamiento de esta empresa. Este vacío de control ha permitido que Millicom imponga omnímodamente las decisiones descritas. EPM debe recobrar el control de la Junta Directiva, entregado irregularmente a Millicom.
Como ciudadano solicito que Juan Esteban Calle Restrepo o Jorge Londoño De La Cuesta, gerente general anterior y actual de EPM, respectivamente; Marcelo Cataldo, presidente de UNE EPM Telecomunicaciones S.A.; John Jairo Vásquez, auditor interno de UNE; Hernán Darío Vergara Castro, auditor corporativo de EPM; o los concejales Aura Marleny Arcila Giraldo y Bernardo Alejandro Guerra Hoyos informen a la comunidad sobre esta situación. Y que se corrijan los daños causados a los trabajadores y a la empresa. Claro, si a alguno de ellos le duele UNE.
(*) Artículo original editado, periódico El Mundo (18-10-2016)
Por: Guillermo Maya Muñoz (*), catedrático y columnista
“¿Qué es esto de capital extranjero con que nos están engañando, para robar? Muéstrenme el capital que tienen en el país los bancos extranjeros, los comerciantes extranjeros, etc.” (Fernando González, 1935, Cartas a Estanislao).
En 2003, EPM y la ETB crean la empresa OLA-Colombia Móvil para prestar servicios de telefonía celular. En 2006, Sergio Fajardo Valderrama y Lucho Garzón, alcaldes de la época en Medellín y Bogotá, respectivamente, venden el 50% a Tigo-Millicom, una empresa sueca radicada en un paraíso fiscal, Luxemburgo, y le entregan el control por cero pesos. La marca OLA desaparece y la reemplazan por Tigo-Colombia Móvil. Titular: “La venta de Ola a Millicom salvó el patrimonio público” (elcolombiano.com, 2006). Un titular puede con todo.
Tigo pierde un billón de pesos entre 2006 y 2010, y vendió (¿con el consentimiento de EPM?) 2.126 torres a ATC Infraco por 182 millones de dólares, de la que Millicom se hace socia después en 2012. ¿Contraloría de Medellín qué dijo?
El 8 de mayo de 2013 aprueban el proceso de fusionar a UNE EPM Telecomunicaciones S.A. con Tigo-Colombia Móvil, y le entregan el control de la empresa a Millicom por 150 millones de dólares, a partir de agosto de 2014. Por otro lado, todavía en 2013, Millicom le debía 217.000 millones de pesos a EPM desde 2006, y una suma similar a la ETB, plata que le habían entregado a Tigo-Millicom al venderle el 50% de OLA.
¿Qué respondió el Gerente de EPM Juan Esteban Calle Restrepo sobre las deudas de Tigo con EPM?: “Todos los créditos se aprobaron antes de la entrada de Millicom a Colombia Móvil en 2006 (…) y se extendieron, porque la empresa no tenía cómo entrar al mercado financiero por el alto endeudamiento que presentaba” (Para UNE, Millicom es la mejor opción: EPM, portafolio.com, Mayo 9-2013)” (G. Maya, “UNE-Millicom, fracaso histórico”, Elmundo.com, Mayo 17-2013).
No tenía quién le prestara y EPM y la ETB lo hicieron. Así cualquiera es emprendedor, y a pesar de eso, el Alcalde Aníbal Gaviria Correa y el Concejo de Medellín aprobaron la fusión. En la última jugada, el pasado 7 de octubre, Millicom traspasó por sustitución patronal el personal operativo de UNE EPM Telecomunicaciones S.A. a la empresa china Huawei, un total de 601 trabajadores que no están muy contentos con la movida, pues temen por sus condiciones de estabilidad laboral.
Esta acción a favor de Huawei, la llaman una “alianza para la implementación de un modelo de administración de servicios”. Es decir, UNE EPM Telecomunicaciones S.A. le entrega a un tercero parte de su personal para subcontratar con él los servicios que anteriormente hacía por sí misma. Todo, sin cobrar nada a Huawei, ni siquiera una prima por la cesión real de una parte de la empresa, la transferencia de un personal calificado, con muchos años de experiencia, de UNE.
Huawei generará utilidades con una actividad que le producía ganancias a UNE EPM Telecomunicaciones S.A., y que Huawei las transferirá al extranjero. ¿Qué cambia aquí? El patrón y el reparto de utilidades. Ya no son dos, EPM y Millicom, sino tres, EPM, Millicom y Huawei para el reparto de utilidades.
¿Por qué Millicom hizo esta jugada de convertir a Huawei en un proveedor único, monopólico, y que impondrá a la larga los precios del servicio? ¿Esta jugada sólo tiene alcance local o Millicom busca jugar con China en sus aventuras centroamericanas, africanas y suramericanas? O ¿piensa vender UNE a Huawei?
¿Qué es Huawei? “es una empresa privada multinacional china de alta tecnología especializada en investigación y desarrollo, producción electrónica y marketing de equipamiento de comunicaciones” (Wikipedia). Nada que ver con mantenimiento de redes. Ese no es su negocio.
Por otro lado, Huawei es producto de la política del gobierno chino -no de las fuerzas impersonales del mercado- de obligar a los inversionistas extranjeros a hacer inversiones de riesgo conjuntas con empresas chinas. Además, el gobierno chino obliga a las empresas extranjeras a exportar, no deja que exploten el mercado interno sin compensar sus operaciones internas con exportaciones que generen divisas, para evitar problemas de balanza de pagos. Aquí en Colombia no se exige nada. Estamos dominados por los intereses corporativos privados nacionales e internacionales.
¿Quién manda en UNE-EPM? ¿Quién cuida los intereses de ciudad en la empresa fusionada? ¿Los extranjeros? ¿Millicom los cuidó en Tigo en donde perdieron un billón de pesos? ¿Quién vigila a Millicom que tiene el control en UNE EPM Telecomunicaciones S.A. con (50%) y es ‘mayordomo’ a la vez del otro 50% de EPM? ¿Qué hace la Contraloría General de Medellín respecto a UNE?
En las condiciones pactadas de la fusión, EPM tiene el derecho nominar un “Auditor Interno, (que) responde administrativamente a la Presidencia”. Pero, no a EPM. Por otro lado, la Junta Directiva tiene 3 miembros de EPM y 3 de Millicom, el presidente de la Junta es de EPM y el vicepresidente de Millicom. Las decisiones se toman por mayoría simple, pero “el vicepresidente tendría el voto decisorio”. Es decir, que Millicom siempre gana. Tiene el control y la capacidad de desangrar a UNE-EPM con la triangulación de sus empresas radicadas en paraísos fiscales.
Alcalde, ¿usted qué piensa? ¿Sí o No? Señores concejales, ustedes también. ¿Sólo les preocupa sus carreras políticas?
(*) Artículo original, periódico El Mundo (18-10-2016)
Más de $400.000 millones ha perdido UNE desde 2006, tras asociarse con Tigo (Millicom).
El patrimonio público de los medellinenses representado en UNE EPM Telecomunicaciones S.A., sufre cada vez más deterioro en manos de Millicom. A las pérdidas acumuladas de la empresa fusionada (2014 a septiembre de 2016) que son de $385.000 millones y las pérdidas de valor técnico, social y laboral que dejan varias acciones de la multinacional sueca, entre ellas el negocio con Huawei, se suman las multas recientes impuestas por diferentes entidades a UNE y a Colombia Móvil (Tigo), de la que EPM también es socia, cuyo monto asciende a un poco más de 46 mil millones de pesos.
En 2014, por no prestar atención oportuna a usuarios telefonía móvil entre septiembre de 2012 y 2013, la Superintendencia de Industria y Comercio impuso en 2014 multas por $18.000 millones a Colombia Móvil y $10.380 millones a UNE; y otras dos que ascienden en total a $1.277 millones por facturar y cobrar contenidos y aplicaciones sin aceptación del usuario. Adicionalmente el Ministerio del Trabajo impuso una multa de $1.240 millones a UNE EPM Telecomunicaciones S.A. por violación al régimen de protección de usuarios y silencio administrativo.
En 2015 el Ministerio de Tics impuso sanciones a Colombia Móvil por $6.253 millones y a UNE por $301 millones, por mala calidad en la prestación del servicio de comunicación móvil durante los años 2012 y 2013. A UNE EPM Telecomunicaciones S.A. le queda una sanción pendiente por $1.032 millones por reportar equivocadamente a varios usuarios a las centrales de riesgo.
Así mismo, el Consejo de Estado impuso otra sanción a UNE EPM Telecomunicaciones S.A. bajo la administración en ese momento de Esteban Iriarte, en la que debe pagar a la empresa Exicom por la cancelación irregular de un contrato de comercialización a proveedores y de servicios que tenía con ella. Esa multa asciende a $7.554 millones de pesos, más los intereses que se calculan en no menos de $2.500 millones.
Venta de inmuebles de UNE
Desde que Millicom asumió el control de UNE EPM Telecomunicaciones S.A. puso en venta 12 inmuebles que no le pertenecen, puesto que hacían parte de los activos de UNE en varias ciudades del país. Esos inmuebles, entre bodegas, despachos, oficinas y el tradicional Centro de Formación, estaban avaluados catastralmente por cerca de $18.000 millones.
Los inmuebles negociados son: la bodega Montevideo en Bogotá, el despacho y el Concentrador en Rionegro (Antioquia), la sede Milán y la bodega Panamericana en Manizales, el Concentrador en El Retiro, la oficina de Floridablanca (Santander), el edificio Vásquez Cobo en Cali, y el Centro de Formación y las oficinas Macera El Poblado, Buenos Aires y Avenida Mall en Medellín.
El reciente negocio con Huawei es la última estocada para la privatización total de UNE
Como en la película clásica colombiana de Sergio Cabrera, “La Estrategia del Caracol”, a UNE EPM Telecomunicaciones S.A. la están dejando con el coco vacío. La película “UNE” arrancó en 2006 con su escisión de EPM, siguió la trama en 2013 con la aparición del actor sueco Millicom (Tigo), y en las nuevas escenas, con la entrada de los chinos (Huawei), se da un golpe letal a los intereses de EPM, de Medellín y de los ciudadanos.
Del desenlace de lo que podría pasar con UNE se advirtió en 2013 durante la discusión en el Concejo de Medellín del Acuerdo 17 (supuesta fusión UNE-Millicom) y se evidenció en el mismo recinto el pasado 28 de octubre durante un debate sobre la “masacre laboral que vive la empresa”, por despidos, acoso laboral, planes de retiro “voluntario” inducidos, cambios de contratos y la supuesta sustitución patronal de 601 trabajadores.
Hace tres años se demostró por parte de expertos en telecomunicaciones, académicos de distintas disciplinas, sindicatos, organizaciones sociales, ciudadanos y nueve concejales que no se doblegaron ante las presiones del Alcalde Aníbal Gaviria y del entonces Gerente de EPM, Juan Esteban Calle (hoy gerente de Cementos Argos); que el futuro de UNE en manos de la sueca Millicom podría ser catastrófico. Y no se equivocaron.
Los interesados en el negocio vendieron la idea de que con la multinacional Millicom, de la que EPM ya era socia en Colombia Móvil (Tigo), se tejía una gran “alianza”, por la sinergia de servicios y conocimientos y por su experiencia como operador de telecomunicaciones. Por la calidad del socio y su inmediato incumplimiento a lo acordado, corroborar que nada era cierto solo era cuestión de tiempo.
De las movidas “estratégicas” y de los resultados desastrosos de UNE EPM Telecomunicaciones S.A., controlada por Millicom, no se hablará en este artículo; de ello se han ocupado dos reputados columnistas en esta misma edición Ver: ¡Como nos duele UNE… a algunos! y Millicom deshuesa a UNE-EPM (Cortesía paisa).
Opacidad y mutismo
La entrada en escena de Huawei a principios de octubre es confusa y opaca. De hecho los trabajadores de UNE que allí pasaron, lo hicieron a una empresa recién creada en Colombia: Huawei Technologies Managed Service Colombia SAS, con un capital de solo 583 millones de pesos que no alcanza ni para el pago salarial de una quincena. Un agravante: el personal que UNE entregó a Huawei es el que realiza las actividades misionales de la empresa; es decir, Millicom, la de la “gran capacidad operativa” cedió la operación del negocio a un tercero: una jugada entre extranjeros suecos y chinos, ante el silencio de la administración de EPM, el socio mayoritario, que ni siquiera ha preguntado por la legalidad de esa movida. La desidia en el caso de UNE es un capítulo más en muchas de nuestras empresas, como Telecom, Ferrocarriles Nacionales y el ISS, para mencionar solo algunas.
Juego de contradicciones
El poeta Alexánder Pope escribió una frase que podría adecuarse al momento actual en el caso UNE: “El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar 20 más para sostener la certeza de la primera”. La lista de mentiras desde 2013 se ha multiplicado hasta rayar la ilegalidad. Con lo ampliamente expuesto sobre las secuelas de la llamada fusión UNE-Millicom, se suma ahora Huawei a esa cadena de falacias.
La administración de UNE en un “Flash Informativo” dijo el pasado 7 de octubre que TigoUNE y Huawei firmaron una alianza estratégica, lo que fue ratificado por su Presidente, Marcelo Cataldo. No obstante, tras un derecho de petición de SINPRO, la administración de la Empresa respondió que “se dio la venta de una unidad operacional” de UNE a Huawei, incluyendo activos y los contratos de los trabajadores de la parte operativa. Entonces qué hubo: ¿Una alianza? ¿Una venta? Lo único claro es que el presidente Cataldo y Millicom se contradicen o mienten, si se tiene en cuenta, además, que el 28 de octubre en el Concejo habló de 601 trabajadores que pasaron a Huawei, y en la otra respuesta dijo que eran 492, sin precisar su procedencia (UNE o Colombia Móvil-Tigo).
La Administración de EPM por su parte, cuyo Gerente Jorge Londoño De La Cuesta es el Presidente de la Junta Directiva de UNE, manifestó en respuesta a otro derecho de petición de SINPRO, que desde la fusión la Asamblea de Accionistas de UNE no ha aprobado ninguna proposición sobre este tema y que EPM es consciente de que se requiere su voto y el del INDER (el otro accionista de UNE) para decisiones como la del negocio con Huawei, del que EPM conoció, pero no fue objeto de decisión por parte de la Junta de UNE. ¿EPM como accionista mayoritario no se opuso a esto? ¿La administración de UNE (Millicom) realizó estos negocios sin aprobación de su Junta Directiva? ¿La administración de EPM se hizo de la “vista gorda”? (Ver recuadro: Contradicciones sobre el negocio con Huawei)
El silencio de los “inocentes” y conflicto de interés
Dentro del memorando de entendimiento y los acuerdos firmados en 2014 con Millicom, EPM nombró a John Jairo Vásquez como auditor para UNE EPM Telecomunicaciones S.A., que no ha cuidado los intereses de la Empresa sino perseguido a los trabajadores, dejando pasar frente a sus narices la venta de activos de UNE, el descuido en el mantenimiento de las redes, el desmonte del servicio 4G, la eliminación del reconocimiento de subsidios a usuarios y otras acciones que no solo atentan contra el bienestar ciudadano sino que podrían constituir detrimento patrimonial para EPM y para la ciudad. El Alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, que en campaña dijo que el negocio UNE-Millicom tenía que revisarse, ha sido cómplice silencioso con todo lo que está pasando en la empresa y con las acciones de este funcionario, que a propósito es el jefe de su hermana Catalina Gutiérrez, lo que sabía antes de posesionarse, y que deja en claro un real conflicto de interés.
Pero este silencio no ha sido solo del Alcalde de Medellín y de la administración de EPM. A él se han unido las Juntas Directivas de EPM y de UNE EPM Telecomunicaciones S.A., la Contralora, el Personero y el Concejo de Medellín -salvo un par de excepciones-.
Desde el Sindicato de Profesionales de EPM y UNE (SINPRO) estamos convencidos de que lo denunciado es suficiente para que todos ellos (Alcalde, administración de EPM, Concejo, Contraloría y Personería) asuman, de verdad, las responsabilidades que les compete, vuelquen su mirada hacia UNE y busquen una solución inmediata, que no sea la facilista de venta de un activo productivo por otros de costo y gasto, sino que apunten a recuperar para EPM su control total, pues se ha demostrado hasta la saciedad que Millicom no era el socio que pintaron y al que le quedó grande la operación.
Proponemos que EPM retome el 100% de la propiedad del negocio fijo de telecomunicaciones (telefonía básica, TV por suscripción, Internet de banda ancha, larga distancia,…), y por lo tanto su control total. Así, estos servicios, que volverían a ser operados por personas con pleno conocimiento del negocio -los trabajadores de la UNE original-, recuperarían la calidad perdida de un servicio estratégico y vital para la ciudad y para el país. Por supuesto, antes Millicom deberá responder por los daños generados a la Empresa y podrá permanecer como dueño de los servicios móviles, de los que tanto alardearon acerca de sus bondades y fortalezas, y que son los que en realidad están hundiendo financieramente a la empresa fusionada: UNE EPM Telecomunicaciones S.A.
De no hacer algo ya por recuperar a UNE, se podría estar ante el más grande detrimento patrimonial de la historia de Medellín y de su gran empresa (EPM), así como ante el ingreso del modelo laboral chino a Medellín y a Colombia, violando derechos de los trabajadores y disminuyendo la calidad del empleo.
Unos 2.000 trabajadores de UNE han sufrido cambios en su situación laboral y familiar desde 2013.
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