Tratar de blindar a EPM de la politiquería y las ganas del GEA y de otros grupos económicos y políticos por privatizarla.
Hace 15 años, con la inminente entrada de la politiquería a la empresa, se cernía una gran amenaza sobre EPM. Esa situación ponía en peligro lo construido durante 47 años por una de las instituciones más admiradas del país, que es además un claro ejemplo de que una empresa de carácter público está en la capacidad de prestar eficientemente sus servicios, hacerlo con sentido social y con un manejo adecuado de los recursos. En las Empresas Públicas de Medellín eso era posible gracias al rigor técnico de sus actuaciones.
Con el firme propósito de proteger los derechos y la estabilidad laboral de los profesionales de la empresa, a quienes también se dirigía esa amenaza; y para tratar de blindar a EPM del clientelismo y de las ganas por privatizarla que ya se veía en el GEA y en otros grupos económicos y políticos; el 10 de octubre de 2002, con 222 afiliados, nacimos como Sindicato de Profesionales de EPM, SINPROEEPPMM.
Posteriormente en el año 2008 y para cobijar en nuestro seno a los trabajadores de UNE tras la escisión del negocio de las telecomunicaciones de EPM, nos transformamos en sindicato de industria, bajo el nombre de SINPRO, el cual seguimos conservando.
Ahora que arribamos a nuestros primeros 15 años, es propicio hacer un balance de logros y oportunidades. Un balance que consideramos positivo teniendo en cuenta que, con base en nuestra forma de actuar, en nuestro lenguaje con altura y en la disposición permanente al disenso y al debate, hemos logrado llegar a más de 4.000 afiliados en EPM y en UNE EPM Telecomunicaciones S.A., incluidos quienes prestan sus servicios a través de Huawei.
Y en ese balance también encontramos alertas sobre el rumbo que han tomado nuestras empresas, lo que ha requerido de nuestra firmeza para pronunciarnos sobre la gestión de sus respectivas administraciones.
En SINPRO no inventamos ni cambiamos el sindicalismo, pero sí hemos hecho esfuerzos para contribuir con una visión más moderna y ajustada a las nuevas realidades laborales, sociales y económicas. Eso significa haber trascendido nuestra misión natural de defensa de los derechos laborales hacia acciones concretas para aportar a la sostenibilidad de las empresas y defender el patrimonio público, como herramientas para una distribución más equitativa de los recursos. Por eso adherimos en el año 2013 al Pacto Global de la Organización de Naciones Unidas, del que también hacen parte EPM y UNE. Fuimos el primer sindicato de Colombia en hacer parte de esa iniciativa mundial.
En estos tres lustros hemos sido testigos del crecimiento y transformación del Grupo EPM, de sus aportes al desarrollo local y regional, y de su ingreso al mercado internacional, que a nuestro juicio es desmedido y contrario a las buenas prácticas históricas de EPM.
También hemos luchado para evitar que se siga desangrando financiera y laboralmente a UNE, luego de la entrada a su administración de la multinacional Millicom (Tigo). Así mismo hemos logrado frenar la tercerización de varios procesos en UNE y de otros negocios similares al efectuado en octubre de 2016 con Huawei Technologies Managed Service Colombia S.A.S., que afectan el trabajo decente en nuestras empresas y en el país.
Hace varios años encendimos las alarmas desde SINPRO alertando sobre diferentes acciones que se adelantan en EPM y que parecen réplicas de procesos dados en UNE EPM Telecomunicaciones S.A. y que responden al apetito privatizador, sin alma y sin fronteras, que ha puesto sus ojos en estas dos empresas.
Para hacer frente a esas situaciones no hemos caminado en solitario. Con el respeto por el pensamiento y las posiciones institucionales, en varias acciones hemos aunado esfuerzos con otros sindicatos, con el CUS (Comité de Unidad Sindical del Grupo EPM y UNE), con organizaciones sociales y políticas, con académicos, con ex empleados de nuestras empresas y con gente del común, que han entendido la importancia de defender los derechos laborales y el patrimonio público, sin dejar a un lado el aporte a la sostenibilidad empresarial y a la recuperación del rumbo de EPM y de UNE, esta última con un pésimo clima laboral desde la llegada de la multinacional Millicom a su administración.
A pesar de esos panoramas en las dos empresas, miramos con optimismo el futuro. Para trabajar en él, en compañía de varios afiliados estamos realizando en un ejercicio estratégico y de prospectiva hacia el año 2030, que nos ha permitido ver nuestras fortalezas y trabajar en las oportunidades que se presentan día a día.
Ese trabajo nos muestra como un sindicato más sólido, que mantiene sus principios fundacionales y que comprende cada vez más las necesidades de los trabajadores. Estamos seguros de que tenemos un lugar en el futuro y que el modelo de sindicalismo que abrazamos en nuestros inicios es el que debemos mantener para conseguir las nuevas metas trazadas.
Nuestras responsabilidades como miembros de una organización sindical y como servidores públicos van más allá de defender nuestros derechos; tenemos el compromiso de custodiar el patrimonio público representado en EPM y en UNE.
En esos propósitos es fundamental que todos los trabajadores, las organizaciones sociales, los sindicatos y la comunidad, dueña del 100% de EPM, seamos aliados permanentes, porque como reza el proverbio: “Cuando las arañas se unen, pueden atar un león”.
Es el trabajador que desempeña funciones públicas quien decide si se retira o no de la empresa al cumplir 65 años y tener los requisitos para jubilarse.
Desde agosto de 2014 cuando Millicom (marca TigoUNE) tomó las riendas de UNE, han salido de la empresa más de 1.500 trabajadores.
Hace nueve años, el día que entró a trabajar a UNE, Valeria (*) estaba orgullosa, porque tenía la oportunidad de aprender y demostrar sus conocimientos en una gran empresa con el sello EPM. No sabía nada de sindicatos, pero pronto supo que gracias a ellos podía disfrutar, con su familia, gran parte de buenas condiciones laborales y de los beneficios de su convención.
Sumergida en sus labores, no oyó los llamados a la solidaridad colectiva ni las alertas que sobre la desadministración de la empresa fueron lanzadas por organizaciones como SINPRO. Esa mala administración, al parecer calculada, tuvo su clímax cuando el alcalde de Medellín de la época, Aníbal Gaviria, y el Gerente de EPM de entonces, Juan Esteban Calle, en complicidad con 11 concejales, entregaron la administración y los recursos de UNE a la multinacional Millicom, que había demostrado ser un mal socio de EPM en Colombia Móvil - Tigo.
El regalo hecho a Millicom, del que Valeria parece no se dio cuenta, quedó plasmado en el Acuerdo 17 de 2013 del Concejo de Medellín, pese a la oposición de nueve concejales, de expertos en telecomunicaciones, de organizaciones sociales, de académicos, de ciudadanos y de los sindicatos de UNE y el Grupo EPM, que demostraron que la empresa (UNE) era viable, sin necesidad de ese socio.
Despidos, retiros, violación a libertad sindical
El Acuerdo 17 dejó plasmado que “En todo caso, se conservarán los derechos laborales de los actuales servidores de UNE EPM Telecomunicaciones S.A.”. Los sucedido desde agosto de 2014, cuando Millicom tomó el control de la empresa, demuestran la burla al Acuerdo: en tres años más de 1.500 trabajadores de UNE y filiales como Edatel, Emtelco y en su momento la Empresa de Teléfonos de Pereira (ETP), han salido de la empresa.
Entre agosto de 2014 y octubre de 2017, fueron despedidos gradualmente más de 400 trabajadores afiliados a los sindicatos de UNE y Edatel, incluido SINPRO; mientras 584 salieron en dos planes de “retiro voluntario” y otros 601 fueron transferidos a Huawei mediante una supuesta sustitución patronal. Muchos de estos trabajadores no han sido reemplazados o lo han hecho personas con poco conocimiento y escasa experiencia en telecomunicaciones.
En ese mismo período y como producto de esas acciones de la empresa, el número de afiliados a SINPRO en UNE pasó de 1.057 a 427, un 59 % menos. Golpes al trabajo decente y al derecho constitucional a la libre asociación.
Dilatando, dilatando…
Como ya lo ha hecho con Unigeep, Sintraune y Sintrasertic, la administración Millicom, encabezada por Marcelo Cataldo Franco, presidente de la empresa, ahora se niega a reconocer la existencia del conflicto colectivo con SINPRO, incurriendo en contradicciones que incluso podría tener consecuencias legales.
El conflicto laboral inició el 3 de noviembre de 2016 cuando SINPRO entregó a UNE el pliego de peticiones. En una primera reunión para definir las reglas de juego no hubo acuerdo sobre la inclusión de los trabajadores que un mes antes fueron enviados a Huawei, por lo que no se dio inicio a la etapa de arreglo directo de que habla la ley.
Eso no fue obstáculo para que el 6 de diciembre la administración de UNE realizara un “acta de cierre” unilateral, desconociendo al sindicato, empezando a dilatar la negociación y dejando sometidos a los afiliados 490 afiliados a SINPRO a una constante desinformación interna sobre el conflicto, el fuero circunstancial y la vigencia de la convención, entre otros, aprovechando la angustia que se deriva del hecho que los salarios y los beneficios convencionales siguen siendo los del año 2016. De todo lo anterior, SIPRO instauró acciones legales.
Concesión sindical, despidos y arrogancia empresarial
El equipo negociador de SINPRO, respaldado por la Asamblea de Delegados y por la Junta Directiva del Sindicato siguió explorando opciones de acuerdos encaminados a beneficiar a los afiliados, bajando incluso pretensiones del pliego presentado en noviembre y sacando de la mesa la discusión jurídica del caso Huawei.
Nada de lo anterior fue aceptado por UNE, que por el contrario, despidió el pasado 29 de junio a 30 trabajadores afiliados a varios sindicatos, incluido SINPRO, la mayoría de los cuales estaban protegidos por la figura legal del fuero circunstancial. Ante ese error legal y administrativo, la administración de UNE (Millicom) solicitó a la mayoría de los trabajadores despedidos, excepto a los afiliados a SINPRO, que se reintegraran a sus laborales. De ese hecho el sindicato también instauró, como le corresponde, acciones legales.
A pesar de lo anterior SINPRO continuó en su empeño de llegar a un acuerdo, logrando acercamientos a través del Comité de Prevención de Conflictos Laborales del Ministerio del Trabajo, pero no hubo respuesta positiva de la administración de UNE, representada por el Director de Relación con el Empleado, Santiago Ospina Vanegas.
No obstante, en lo que se pensó podría ser la salida definitiva al conflicto, SINPRO y UNE acordaron realizar una serie de reuniones exploratorias, las cuales se efectuaron las dos primeras semanas de septiembre. En ellas los negociadores del sindicato ofrecieron bajar de nuevo algunas pretensiones del pliego, recibiendo una respuesta desconcertante de parte de Ospina Vanegas que conllevaba, en vez de propuestas, un par de exigencias: que solo
negociarían si se presentaba un nuevo pliego y que para mejorar la oferta del retroactivo salarial, el sindicato tendría que retirar las acciones legales que tiene contra la empresa.
Lo propuesto por UNE, inaceptable para SINPRO, intenta tapar el error legal y administrativo de despedir trabajadores con fuero, evadir el pago de la retroactividad de los salarios de 2017 y las respectivas cargas tributarias, así como los aportes en seguridad social y parafiscales derivados de ello.
SINPRO, “piedra en el zapato” para tercerización en UNE
Para la presidente de SINPRO, Olga Lucía Arango Herrera, el que la administración de UNE se empeñe en dilatar la negociación, busca también desgastar a los trabajadores, especialmente a los afiliados al Sindicato de Profesionales, por llevar la vocería de denuncias sobre la violación sistemática de los derechos laborales en UNE desde la llegada de Millicom, por lograr que se frenen procesos de tercerización en la empresa y por evitar que se den otros negocios como el de Huawei.
Se cumplen ya poco más de 11 meses de dilación de las negociaciones con SINPRO por parte de la administración de UNE EPM Telecomunicaciones S.A., lo que ha afectado el clima laboral y la calidad de vida de más de 400 trabajadores, entre ellos Valeria, que ahora entiende lo que deriva la falta de solidaridad y compromiso, así como el significado de la frase de Edmund Burke: “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”, y hace preguntas en voz alta a Millicom y a su presidente Marcelo Cataldo:
¿Hay voluntad real de UNE para concluir positivamente este conflicto laboral? ¿Es instrucción suya no pagar la retroactividad a los afiliados a SINPRO? ¿Los actos de su administración son retaliaciones contra los afiliados a SINPRO? ¿Busca Millicom acabar los sindicatos en UNE? ¿Por qué no hay sindicato en Colombia Móvil?
(*) Nombre de una afiliada, cambiado para cuidar su identidad
El acoso laboral está regulado por la ley 1010 de 2006. Conozca cuando se tipifica o no esta conducta.
Cómo saber cuándo hay acoso laboral El acoso laboral, regulado por la ley 1010 de 2006, no solo es el que ejerce un jefe sobre un trabajador; también se da entre compañeros de trabajo e incluso de subalterno a jefe. De acuerdo con la ley, es toda conducta persistente y demostrable, encaminada a infundir miedo, intimidación, terror o angustia, a causar perjuicio laboral, generar desmotivación o inducir a la renuncia del trabajo.
Existen básicamente seis modalidades de acoso laboral: maltrato, persecución, discriminación, inequidad, entorpecimiento y desprotección laboral.
Constituye acoso laboral
· La agresión física o verbal, expresiones ultrajantes o alusivas a raza, género, origen familiar, preferencia política, sexual o estatus social.
· La descalificación profesional en público o en privado.
· La descalificación humillante de propuestas u opiniones de trabajo.
· Las constantes amenazas de despido.
· Denuncias disciplinarias constantes y temerarias.
· Las burlas en público o en privado, sobre la apariencia física o forma de vestir.
· La alusión pública a hechos pertenecientes a la intimidad de la persona.
· La imposición de deberes extraños a las obligaciones laborales.
· Exigencias desproporcionadas sobre la labor encomendada y el brusco cambio del lugar de trabajo o la jornada establecida para la labor asignada.
· El trato discriminatorio para el otorgamiento de derechos y prerrogativas laborales.
· La negativa a entregar material e información indispensable para la labor.
· La negativa injustificada a otorgar permisos, licencias y vacaciones, cuando se dan las condiciones legales o convencionales para solicitarlas.
· El envío de anónimos, llamadas y mensajes injuriosos, ofensivos o intimidatorios.
No constituye acoso laboral
· La determinación firme en la toma de una decisión, enmarcada en el debido respeto.
· Los llamados de atención o exigencias del cumplimiento de labores del cargo.
· Las denuncias fundadas y serias, sin sospecha de retaliación y en aras de lograr climas laborales adecuados para cumplir los objetivos estratégicos.
· La contra argumentación fundada de propuestas y disparidad respetuosa de opiniones.
· Las sugerencias generalizadas sobre vestuario, o incluso privada, si tiene el propósito de propender por el respeto personal y el de la empresa.
· Emitir un consejo en privado o realizar un estudio psicológico de personalidad, siempre y cuando éste no sea utilizado con fines ventajosos por la empresa o sus representantes.
· Encomendar labores ocasionales, incluso en espacios diferentes al habitual, toda vez que se proponen como circunstancias extraordinarias.
· Asignar funciones especiales en consideración a la cualificación del personal, siempre y cuando no se sature laboralmente.
Los caminos para acabar con el acoso laboral
La resolución pacífica de los conflictos siempre será el primer camino. Si considera está inmerso en un caso de acoso laboral, lo mejor será siempre buscar el diálogo con la persona en conflicto; de no lograrse, debe acudir al Comité de Convivencia Laboral de la empresa. El último camino será el de la denuncia, cuyas herramientas están contempladas en la ley 1010 de 2006.
Si es afiliado a SINPRO, recuerde que para tal efecto cuenta con un completo equipo de asesoría legal. (Clic aquí)
No nos equivocamos cuando denunciamos que la fusión UNE-Millicom sería perversa para la empresa.
De la factura con logo de UNE en rojo intenso pasamos a una azul que dice TigoUNE. El nombre de la empresa sigue siendo UNE EPM Telecomunicaciones S.A., sin embargo, la actual administración de la empresa prefiere llamarla TigoUNE y presentarla así en los diferentes escenarios como el portal web, las redes sociales y los medios de comunicación.
Nuestra querida UNE EPM Telecomunicaciones S.A. se desdibuja todos los días, con la tristeza de todos los que quisimos defenderla, pero parece que no hay un mínimo de interés entre los que tienen las facultades gerenciales y políticas para evitar la pérdida de este patrimonio público.
Para recordar la historia de todo este mal negocio, nos remitimos a un artículo del profesor Guillermo Maya Muñoz, publicado en el diario El Mundo, el 26 de agosto de 2014. En este recuento cronológico se hace un análisis de lo acontecido.
Fusión UNE-Millicom, pagos por “club”
¿Cuál fue la posición de Aníbal Gaviria en la campaña electoral por la alcaldía de Medellín sobre la fusión-privatización de UNE? Marc Eichmann, que pasa a ser el último gerente de UNE-EPM nombrado por el alcalde de Medellín, y que ahora debe tener en su bolsillo una millonaria prima de éxito por la fusión de UNE con la multinacional sueca Millicom, afirma que: “Desde la campaña de Aníbal Gaviria quedó claro que soluciones como una venta no estaban planeadas” (Dinero.com, feb 22-2012). Sin embargo, lo hicieron. Si la fusión-privatización hubiera sido un tema de campaña muchos medellinenses se hubieran abstenido de votar por Aníbal Gaviria. En una democracia hay que ser honesto y claro en las propuestas con el elector.
A pesar de las pataletas de algunos, y gracias a las “voltiadas” de otros, en el Concejo de la ciudad, para aprobar la fusión, ésta se acaba de ejecutar (agosto 15-2014). Un mal matrimonio que todos los interesados, empezando por el gerente de EPM Juan Esteban Calle Restrepo, tratan de mostrar como el matrimonio del siglo.
Sin embargo, dados los antecedentes, todo apunta a que UNE-EPM se “botó” con un “novio” que es un fiasco. En 2006, Millicom asumió el control de OLA, que se convirtió posteriormente en Tigo, con el 50% más una acción, sin pagar prima de control, y quedó con la mayoría en la Junta directiva. EPM y ETB quedaron en minoría. Según el informe de la Contraloría de Bogotá de Noviembre de 2011, sobre Colombia Móvil (Tigo) señala que: “(Tigo) presenta un alto nivel
de endeudamiento, (…) del 85,8% al finalizar el año 2010, (…), es decir, que de cada peso que Tigo posee en activos, sólo 14,2 centavos son propiedad de los accionistas. (…) a la fecha acumula pérdidas por cerca de un billón de pesos” .
Los suecos perdieron plata a la lata en cinco años de gestión de la empresa y este es el novio que escogieron para “casar” a UNE. ¿En dónde están los informes de la Contraloría de Medellín sobre la operación de Tigo?
La fusión de UNE- Millicom (Tigo) se negoció de la siguiente manera: EPM se queda con el 50% (más una acción), y Millicom con el resto se hará al control de la empresa, mediante el pago de una prima, nombra el Gerente, y tiene mayoría de cuatro miembros en la Junta directiva. EPM queda de socio mayoritario, tres miembros en la junta, pero sin control. La clave no es quién es el socio mayoritario sino quién toma las decisiones. ¿Cuál es la empresa absorbente? La que toma el control.
Los valores firma reconocidos en la fusión fueron los siguientes: “UNE y filiales de 1.989 millones de dólares, más una prima de control por USD 150 millones y (…) Colombia Móvil (Tigo) de USD 1.294 millones” (El Tiempo, agosto 2-2014).
Millicom se compromete a entregar 860 mdd que se distribuyen en 150 mdd por prima de control y 110 mdd por pago de una deuda de 2006, y quedan 600 mdd, que se restan de 1989 mdd, valor firma UNE, quedando por igualar 1289 mdd. Millicom pone 50% (más una acción) de TIGO por un valor de 647 mdd. Faltan 642 mdd para sumar 1289 mdd. Las cuentas anteriores son un planteo aproximado.
Sin embargo, hay que acotar lo siguiente: UNE-EPM es dueño de 25% de Tigo. Además, UNE-EPM compró la parte de ETB por 240 mdd (Caracol, nov 13-2013). Es decir, UNE-EPM es el dueño del 50% de TIGO. Y si es así, las cuentas cambian sustancialmente. ¿Las hará la Contraloría o el Concejo de Medellín?
Por otro lado, hay que tener presente que el valor patrimonial de Tigo es de 832 mdd, según Saúl Katan, Gerente de ETB (El Tiempo, agosto 8-2014), mientras se reconoce un valor firma de 1.294 mdd. Una diferencia muy grande y que beneficia a los suecos, pagando menos por UNE.
Millicom se hizo a UNE con el pago de una deuda de 110 mdd (220.000 mdp) contraída en 2006. El resto lo pagará en módicas cuotas mensuales, por club, porque se aprecia la tasa de cambio, dice el Alcalde. Millicom una multinacional pichurria.
EPM, emblema de la ciudad “más” innovadora del mundo, renuncia al desafío de administrar una empresa de telecomunicaciones, compleja en la gestión tecnológica, y le da el control a los suecos, para asegurar la convergencia de servicios, fijos y móviles, porque no se puede jugar solo en un campo donde el cambio técnico es constante, y las inversiones son cuantiosas, afirman los gestores de la fusión, con complejo de inferioridad. Nosotros no podemos, los suecos sí.
Si algo ha hecho UNE, son inversiones cuantiosas, a diferencia de los suecos que van pagando los activos públicos municipales con el flujo de caja, por club ¿Cuánto pusieron los suecos en OLA-Tigo? En 2006, EPM y ETB le hicieron préstamos por 420.000 mdd para la operación. La excusa de la movilidad no puede ser más débil: Uff y Virgin Mobile prestan servicios de telefonía móvil, por contrato, a través de plataformas ajenas ¿Por qué no lo podía hacer UNE si era socio de TIGO?
Una frase que lo dice todo: “Estamos complacidos (…) y muy entusiasmados de seguir avanzando de la mano de EPM” (Presidente de Millicom, Hans-Holger Albrecht, El Mundo, Agosto 1-2014).
Colofón
La certera columna del profesor Maya olvidó mencionar que esta historia comenzó con la escisión del negocio de telecomunicaciones de EPM, idea que tuvo como autores intelectuales al exalcalde Sergio Fajardo (ahora precandidato presidencial) y al gerente de EPM de la época, Juan Felipe Gaviria. Sin ese primer paso, lo que está ocurriendo en la actualidad no hubiera sido tan fácil. Una pregunta al margen: ¿votaría por la persona que dio el primer paso en la privatización de UNE para la Presidencia de la República?
Luego de la escisión, el presidente de UNE, Horacio Vélez de Bedout, propuso buscar “un socio que aporte valor en medio de la agresiva competencia” (El Colombiano, 2008). Sin embargo, no prosperó la iniciativa y hubo que esperar hasta la llegada de Aníbal Gaviria y de Marc Eichmann para iniciar el proceso de privatización de UNE.
Lo último que ha pasado sobre este tema va en ese mismo sentido. El Concejo de Medellín realizó hace poco un debate sobre la fusión UNE-Millicom y el conflicto laboral que prevalece en la empresa a causa de las políticas de reducción de nómina y otras malas decisiones de la Presidencia. Las conclusiones de la sesión fueron concretas: recuperar a UNE EPM Telecomunicaciones y devolver la dignidad a sus trabajadores.
En el debate se demostró que se está vulnerando el Acuerdo 17 de 2013 en cuanto a que no se conservan los derechos de los trabajadores, se desmejoraron sus derechos laborales y todo indica que la Presidencia sigue con su dinámica de “desvanecer” la imagen de UNE.
Los corporados hicieron visibles situaciones que antes denunciamos, por ejemplo, que Millicom nunca pago por la fusión ya que ni los 1,4 billones para el Municipio ni los 150 millones de dólares por la prima de control salieron de dicha empresa. Se entregó el patrimonio público sin recibir nada a cambio. Y como si fuera poco, un informe de la Contraloría General de Medellín demostró el aumento de pérdidas y el crecimiento del nivel de endeudamiento en un 70% desde la fusión.
A pesar del alto nivel de endeudamiento, durante la sesión también se expuso que el año pasado la Presidencia de UNE entregó bonificaciones por más de $16.000 millones para los altos
directivos de la empresa. No se sabe qué metas cumplieron (¿Mayores pérdidas? ¿Mayor endeudamiento? ¿Peor servicio? ¿Maltrato a contratistas y trabajadores?), pero los bonificaron.
El final de esta historia está próximo, pues con la acumulación de pérdidas, el despido masivo de empleados, el decrecimiento de usuarios debido a los continuos problemas de servicio y la poca identidad que queda de UNE, es posible que en unos meses nos anuncien la liquidación de lo que conocemos como UNE EPM Telecomunicaciones y la nueva compañía siga otros rumbos en los que nada quede de patrimonio público.
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